martes, 28 de octubre de 2014

NO a la reforma de los CENS

Estimada Comunidad Educativa:
                                                               Nos dirigimos a ustedes con motivo de dar a conocer la propuesta de una nefasta reforma para la educación  de Jóvenes y Adultos que atenta contra la calidad educativa, la estabilidad laboral de los docentes y compromete el futuro académico y laboral de los estudiantes.
Bajo la excusa de brindarles mayores posibilidades a los estudiantes el eje de la reforma gira en torno a la flexibilización.  “Flexibilizar” para los autores de la reforma, implica disminuir la carga horaria, disminuir la cantidad de materias, disminuir la presencia del alumno en la escuela, disminuir la relación docente- estudiante y estudiante- estudiante, es decir, eliminar la escuela de la vida de los jóvenes adultos.  Volver a vulnerarles sus derechos, seguir manteniéndolos al margen del sistema educativo, pero manteniendo las apariencias de la inclusión, otorgándoles un título secundario devaluado, en tanto favorece a elevar los porcentajes de cantidad de alumnos titulados pero disminuye la calidad educativa.
Como trabajadores de la educación y particularmente de la modalidad de Jóvenes y Adultos, vemos que nuestros estudiantes vienen de atravesar,  fracasos y frustraciones o diferentes situaciones en sus vidas que le impidieron continuar/comenzar sus estudios secundarios a la edad correspondiente. Entonces,  a la hora de decidir retomar su escolarización, la pertenencia a un grupo es fundamental.  La particularidad de los grupos que se conforman en los CENS  es que generan lazos de solidaridad   entre los compañeros, a pesar de ser grupos heterogéneos en cuanto a edad, situaciones laborales y familiares, comparten algo en común: se encuentran afuera del sistema educativo y buscan esta vez finalizar con éxito su paso por la escuela. Por eso cuando uno se cae, ahí están sus compañeros para ayudarlo a levantarse, para que no baje los brazos. Así al llegar a tercer año vemos que no se recibe un alumno sino un grupo.     
Por otro lado vemos años tras año como el CENS es solo un comienzo en sus carreras académicas, muchos de nuestros alumnos continúan sus estudios de nivel superior tanto terciarios como universitarios. Esto se da por dos motivos: uno por el estímulo que se genera en ellos al ver que pueden    y por otro lado gracias a la calidad educativa y el hábito de estudio que genera tener una materia todo el año, lo que les permite atravesar  las instancias superiores con éxito.
Es importante advertir que no sólo la calidad educativa se verá afectada, sino que la situación laboral de los docentes también. Ya que pasarán a tener cargos por cuatrimestre, lo que puede derivar en condiciones de precariedad y flexibilidad laboral (como hoy sucede en el sistema Fines), sin vacaciones pagas y sin continuidad docente. A su vez, no se argumenta la razón por la cual dejarán de existir las orientaciones, como por ejemplo “Bienes y Servicios” y sus respectivas materias, dejando a los docentes sin cargo y a los estudiantes sin la opción de especializarse en ese conocimiento.
Estas son las razones principales por las cuales nos pronunciamos en contra de la reforma, ya que atenta contra las principales características de los CENS disminuyendo la calidad educativa, buscando generar egresados  y docentes flexibles y  precarizados acordes con los requerimientos del mercado laboral.

Quienes suscribimos esta carta nos pronunciamos a favor de la educación pública, gratuita y de calidad.  

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